viernes, 11 de enero de 2013

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Me acuerdo como si fuera ayer del día que me levanté en aquella cama. Al abrir los ojos recordé todo lo que estaba ocurriendo. La persiana estaba levantada, el cielo estaba gris y hacía frío para aquella época.
Me quedé sentada al borde de la cama absorta mirando los árboles. Todo el cuerpo me pesaba, me movía lentamente a causa de las pastillas y del dolor que sentía. Había un silencio espectral.
Volví al mundo cuando entraron en la habitación con un vaso de leche que jamás bebí.

Deseé estar muerta.